Del 21 al 23 de octubre se llevó a cabo el Tercer Encuentro Interinstitucional de Filosofía de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL). Este evento se realiza cada dos años y reúne a estudiantes y profesores de filosofía de varias universidades jesuitas de América Latina como: en México el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO ) y la IBERO Ciudad México, Universidad Rafael Landívar (Guatemala), Pontificia Universidad Javeriana (Colombia), Universidad Antonio Ruiz de Montoya (Perú), Faculdade Jesuíta de Filosofia e Teologia de Belo Horizonte (Brasil), Universidad Católica de Córdoba (Argentina), entre otras. El tema central de esta edición fue “La filosofía latinoamericana. Tradición y crítica para el presente”.
El Encuentro académico tuvo lugar en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en el cual se discutieron diferentes temas de filosofía propiamente. Por parte del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, participó el responsable del Área de Reflexión Universitaria, Dr. Héctor Conde Rubio, quien presentó la ponencia titulada “Hacia una caracterización de la potencia de las víctimas en tiempos de necropolítica en México”.

El Dr. Conde planteó que la desaparición de personas es un delito tremendamente cruel e inhumano, el cual se produce dado el contexto de necropolítica que vivimos en nuestro país, asimismo, recordó que el término de necropolítica fue acuñado por el pensador camerunés Achille Mbembe. Básicamente, lo que sostiene este autor es que las “formas contemporáneas de sumisión de la vida se han encaminado más claramente hacia la muerte”, por lo que la noción foucaultiana de biopoder es “insuficiente para abordar el tema de la violencia”. Es decir, para la necropolítica, el objetivo no sólo es controlar los cómos de la vida, sino los cómos de la muerte. Este énfasis en la “administración de la muerte” es la diferencia entre biopolítica y necropolítica. En palabras del Dr. Conde, al aplicar esto al contexto mexicano, podría decirse que los secuestros, desapariciones y asesinatos violentos que se viven en México son parte de una estrategia de terror del crimen organizado.
El representante del TUVCH reiteró que, a pesar de ese contexto un importante número de familiares de personas desaparecidas han decidido salir a las calles a buscar a sus hijas e hijos, se han organizado para pegar carteles, repartir fichas de búsqueda y han obligado a las autoridades a realizar búsquedas de campo. Esta fuerza social es lo que el Dr. Conde denomina potencia de las víctimas.
Posteriormente, enumeró 7 características de esta potencia:
- El amor hacia la persona desaparecida no se desmorona a pesar del tiempo y la ausencia.
- La búsqueda de la persona desaparecida persiste a pesar del dolor y el desgaste emocional.
- Las y los familiares de personas desaparecidas se convierten frecuentemente en las principales personas investigadoras de sus propios casos.
- Las y los familiares buscan a sus seres queridos a pesar de la inoperancia e ineptitud de las autoridades.
- Las y los familiares mantienen las búsquedas a pesar de amenazas y ataques directos contra ellas y ellos.
- La búsqueda de las personas desaparecidas es en sí misma, un ejercicio incansable de memoria.
- La búsqueda de personas desaparecidas es un acto político.
En resumen, la búsqueda de personas desaparecidas es una decisión que implica una lucha contra la violencia, el olvido y la inoperancia burocrática. Esta lucha es esencialmente crítica e insumisa. Para el Dr. Conde, la búsqueda de personas desaparecidas es un ejemplo de filosofía de la resistencia en tiempos de necropolítica en México.
Como parte de los temas abarcados en la sesión de preguntas al término de la ponencia, se mencionaron algunas acciones que puede emprender la sociedad civil para ayudar a las y los familiares de personas desaparecida:
- Tener empatía por la situación que atraviesan las familias; evidentemente no significa tener lástima, sino establecer una comunicación humana en la que se pueda escuchar y hablar sobre la experiencia de dolor que viven las y los familiares de personas desaparecidas.
- Reconocer y validar el proceso en el que están las y los familiares, pues no todos están en el mismo momento o sentir.
- Participar en las actividades de lucha y visibilización que convocan los colectivos de búsqueda, ya que ello contribuye a la justicia.
- Es importante que en las aulas se reflexione sobre la situación de violencia que se vive en el país.
- Participar, en la medida de las posibilidades individuales, en las acciones de búsqueda que convocan los colectivos.
- Continuar la expresión abierta para pedir a las autoridades que se realicen de manera adecuada las actividades enfocadas a atender los casos de personas desaparecidas e investigaciones.
Indudablemente, estos encuentros ayudan a reflexionar el papel de cada quien como sociedad civil y como estudiantes del Área de Reflexión Universitaria en cualquier de las universidades jesuitas de Latinoamérica, de modo que se conviertan en los motores de cambio que contagian e inspiran al resto de personas e instituciones a su alrededor.
Texto e imagen: Héctor Conde
Corrección de estilo: Blanca Gutiérrez



