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TUVCH - Noticias

La postura del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco sobre educación para la paz: Una propuesta formativa

Abr 24, 2024 | Informativa, Notas

Fuente: Jiménez, M. y Tejeda, M. (2024). La postura del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco sobre educación para la paz: Una propuesta formativa en Giacomán, L. et al. (2024), Alternativas hacia la paz con reconciliación: Propuestas desde el Sistema Universitario Jesuita (1era ed., Vol. 1 pp. 571-581) México: Publicaciones Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Recuperado de https://ibero.mx/sites/all/themes/ibero/descargables/publicaciones/alternativas-hacia-la-paz.pdf

María Adriana Jiménez Romero1, María del Mar Tejeda Zarazúa2

«Todo centro jesuita de enseñanza superior está llamado a vivir dentro de una realidad social… y a vivir para tal realidad social, a iluminarla con la inteligencia universitaria, a emplear todo el peso de la universidad para transformarla.»

Kolvenbach, S. J.

Introducción

El Tecnológico Universitario del Valle de Chalco (TUVCH), como universidad confiada a la Compañía de Jesús, nos encamina a repensar los planteamientos formativos, didácticos y pedagógicos llevados a cabo en torno a la reconstrucción del tejido social.

Desde este discernimiento, nos hemos planteado la opción de crear el área de Educación para la paz, cuyo objetivo es acompañar la formación profesional mediante anclajes educativos en y desde las pedagogías para la paz y la esperanza.

En el presente texto, articulamos las primeras nociones sobre la constitución de este proceso y área de incidencia universitaria. Compartimos la idea de que la universidad se convierta en un medio y puente para deconstruir las acciones

Presentamos los primeros pasos que daremos y la importancia de definir de manera colectiva, lo que estaremos entendiendo por paz y las acciones que nos pueden llevar a un estado deseado desde un modo de proceder en el que, sin perder nuestra esencia formativa, promovemos geopedagogías para la restauración y construcción de paz.

Concluimos que el primer actor que tendrá que atravesar por procesos de transformación será la universidad, porque sólo así seremos capaces de incidir socialmente.

Valle de Chalco y el Tecnológico Universitario del Valle de Chalco. Breve contexto

Valle de Chalco —o Valle de Xico para algunas y algunos de sus habitantes— es un municipio ubicado al oriente del Estado de México, rodeado por el Lago de Chalco y el volcán de Xico, conocido como “el ombligo del mundo”. Se trata de una zona que fue habitada por aldeas teotihuacanas entre los años 550 y 640 d.C., y posteriormente por la cultura chichimeca. En el Valle de Chalco podemos encontrar una hacienda del siglo XVI que perteneció a Hernán Cortés y tomada en la Revolución por el ejército zapatista, que hoy funciona como un museo comunitario, fruto de la organización comunal de sus habitantes. Aun cuando el municipio posee una riqueza histórica y cultural, con un ecosistema y con los mantos acuíferos de Valle de Chalco que dieron origen al comercio como principal actividad económica, hoy es conocido por sus altos índices de violencia, desigualdad y marginación.

En el año 2020 su población fue de 391,731 habitantes, de ellos 13.1% se registró en situación de extrema pobreza y 53.2% en situación de pobreza moderada; en ese mismo año el registro de población vulnerable por ingresos fue de 8.91%, mientras que la vulnerabilidad por carencias sociales alcanzó 16.5%. Las principales carencias sociales de Valle de Chalco Solidaridad fueron por acceso a la seguridad social, acceso a los servicios de salud y acceso a la alimentación. (Data México, 2023)

El acelerado incremento poblacional en la zona no ha sido proporcional al de las políticas de bienestar, las cuales debieran garantizar la calidad de vida de los habitantes; por el contrario, los ingresos precarios, los tiempos de traslado a sus lugares de trabajo que en su mayoría están ubicados en la Ciudad de México, la carencia de servicios públicos, la falta de una vivienda digna, son situaciones que claramente dejan ver la poca posibilidad de desarrollo comunitario.

El Centro de Investigación y Acción Social Jesuitas por la Paz realizó un diagnóstico (Jesuitas por la paz, 2015, p. 45) en dos colonias del municipio de Chalco, que destaca lo siguiente:

  • Desde 1990 los vecinos se han organizado para solicitar el acceso a luz, agua, pavimentación, servicios públicos básicos.
  • De 1995 al año 2000 aumentó la población, caracterizada por ser habitantes de otras entidades con diferentes usos y costumbres.
  • En el año 2000 se identifica un aumento de la precarización económica.
  • Derivado de las inundaciones generadas por el desborde del canal de Chalco, en el 2005 se vive un ambiente de desconfianza hacia el sector gubernamental por la poca o nula atención de parte de las autoridades municipales y estatales.
  • Para el año 2010 hay un incremento en el índice de inseguridad.

La población joven entre 15 y 29 años representa 25.6% de la población; en 2020, 68,800 jóvenes contaban con el nivel medio superior (preparatoria o bachillerato General) y 28,540 con estudios superiores, entre Técnico Superior Universitario y licenciatura, es decir solo 10.38% de las y los jóvenes ha tenido la oportunidad de integrarse a la educación superior. El resto, de acuerdo con datos de la encuesta pública de Valle de Chalco del año 2022, se dedican al comercio informal, son obreros o trabajadores domésticos. Hay un alto porcentaje de esta población que no reporta actividades productivas. (Plan de Desarrollo Municipal de Valle de Chalco Solidaridad, 2022)

Mientras que la tasa de participación laboral en el Estado de México sigue disminuyendo3, lo que dificulta reducir el riesgo de vulnerabilidad por ingresos, resulta sobre todo preocupante la grave situación de inseguridad que presenta el territorio. De acuerdo con el Semáforo Delictivo del Estado de México (Semáforo Delictivo del Estado de México, 2023), los delitos por robo a casa, robo de vehículos y a negocios, por lesiones, violencia familiar y narcomenudeo han ido en aumento, esto sin mencionar que existe una doble alerta de género.

Un diagnóstico realizado en 2017 por la Diócesis del Valle de Chalco en conjunto con el TUVCH mostró que tan sólo 37.1% de la población considera que es seguro vivir en Chalco, Valle de Chalco y Zona de los Volcanes. En términos generales, los robos en transporte público y los asesinatos de mujeres, niñas y niños son las situaciones que generan mayor inseguridad en la población que respondió la encuesta. El acoso y la violencia sexual en espacios públicos y el incremento de la violencia contra las mujeres fueron señalados por 8 de cada 10 personas encuestadas. (Para Reconstruir la Esperanza, 2022)

Entre las principales problemáticas contextuales, que han sido las causantes del rompimiento del tejido social en la región, enunciamos:

  • Al año 2022, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C., la cifra oficial de personas desaparecidas y no localizadas llegó a los 100 mil. El 24.7% de los casos son niñas y mujeres desaparecidas y no localizadas, lo que ha generado la alerta de género en al menos 11 municipios del Estado de México, entre ellos Valle de Chalco. (Diagnóstico de mujeres desaparecidas, 2022)
  • Poca claridad en el manejo de protocolos adecuados de investigación ministerial.
  • Conflictos estructurales como falta de identidad o pertenencia al municipio, desigualdad de género, violencia contra las mujeres, oferta educativa limitada y carente de calidad, ausencia de programas de educación para la paz y derechos humanos.
  • Políticas públicas carentes de recursos para promover el desarrollo económico y social y ante ello una presencia fuerte de grupos de colectivos y organizaciones populares que movilizan las bases y son quienes median entre las autoridades municipales y los habitantes.

Estas problemáticas son factores de quiebre en la convivencia que se ve reflejada en la comunidad de la zona, pero sobre todo en las y los jóvenes que acuden al TUVCH y que, en la mayoría de los casos, empiezan a normalizar.

En suma, Valle de Chalco Solidaridad es uno de los municipios del Estado de México con mayores índices de marginación, pobreza, inseguridad y violencia de género. Su población joven carece de oportunidades de educación superior. Ante ello, el TUVCH se posiciona como una vía de acceso para que se ejerza el derecho a la educación superior de calidad y favorezca el desarrollo de las competencias para la vida y el trabajo; buscamos que nuestro modelo educativo sea un mecanismo de justicia social, que transforme el entorno y genere no sólo condiciones de vida más justas, sino también un contexto de paz y reconciliación mediante la incidencia y la dimensión social de la educación.

El rol de la universidad ante un panorama de violencia e inseguridad

Si bien es cierto que es importante dar contexto para comprender la propuesta formativa en paz, su finalidad no es replicar la información existente sobre los índices de inseguridad de Valle de Chalco, ni centrarse sobre la necesidad de cambio, sino dialogar sobre los cómo y los quiénes: visualizar las posibles respuestas que los diferentes actores podemos dar a las problemáticas y cómo nos articulamos para la construcción de paz.

De manera específica, pretendemos centrar nuestra pregunta en ¿Cuál es el rol que debe asumir una universidad en los procesos de construcción de paz? O mejor dicho, ¿Cuál es el rol que debe asumir el TUVCH frente a las múltiples violencias que vive la comunidad universitaria en el territorio que habita?

Habría que iniciar retomando el planteamiento de que la universidad existe para dar servicio a la sociedad, a su comunidad; las universidades son “sitios donde se podría lograr un bienestar más universal” (Asociación de Universidades Confinadas a la Compañía de Jesús, 1995, p. 404). El TUVCH profundiza en esta visión de servicio al pertenecer y compartir el propósito del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) de “incidir universitariamente en la sociedad para hacerla más justa, equitativa, humana, libre, fraterna y solidaria desde la opción preferencial por los pobres y los excluidos”.

Presentación de la Agenda Balance y el libro «Alternativas hacia la paz con reconciliación: Propuestas desde el Sistema Universitario Jesuita» por parte de los Rectores, Director y Directora de las universidades que conforman el SUJ con la presencia de la Asistente de Educación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.

Bajo este propósito y ante la urgencia de generar procesos de incidencia con mayor alcance, desde el TUVCH se propone la creación del área llamada Educación para la paz, cuyo objetivo será acompañar la formación profesional mediante anclajes pedagógicos en y desde las pedagogías para la paz y la esperanza, de acuerdo con una ecología de saberes que articularán una reflexión en la acción sobre las realidades propias del contexto comunitario; pretendemos construir y deconstruir geopedagogías que giren entorno a los conflictos sociales y que nos permitan fomentar en la conciencia colectiva y crítica una ética del cuidado para reparar los efectos de la violencia desde una actuación política, responsable, solidaria y sorora. Bajo esta visión, pretendemos hacer de nuestra universidad un medio y un puente para la construcción de paz.

El área de Educación para la paz del TUVCH, retomará algunos de los principios de la Cátedra de Paz4, del pensamiento educativo de Paulo Freire y el Paradigma Pedagógico Ignaciano. En su conjunto, estos tres elementos nos permitirán entretejer de manera pacífica, reconciliadora y con esperanza las relaciones entre actores sociales (principalmente nuestras y nuestros jóvenes), pero también con política, educación y pedagogías, cultura, derechos humanos, ética ambiental y del cuidado, justicia y democracia.

Reconocemos que esta conceptualización del área viene de un planteamiento de luchas desde la base y que implementar este modelo es un reto, por lo que definir

conceptos o asumir posturas políticas como las que menciona el texto suenan esperanzadoras y muy necesarias, pero deberán estar vinculadas a cambios estructurales, como formas de administración y toma de decisiones dentro de la universidad.

a) La universidad como medio

La paz es un proceso de transformación y la universidad, dada su finalidad pedagógica, abona a ella en tanto se entiende el proceso de transformación como la “construcción de un proyecto pedagógico, orientado a formar a hombres y mujeres comprometidos en la construcción de una sociedad simétrica, cuya premisa central es la diversidad de la vida comunitaria”. (Flores Osorio, 2014)

Dicho de otro modo, no se trata sólo de hacer diagnósticos de las problemáticas sociales emergentes, sino que la universidad “tiene como misión hacer dialogar a los diversos saberes para encontrar y proponer alternativas para una sociedad … realmente humana” (Nicolás, 2013). La tradición ignaciana nos ha enseñado que los cambios no suceden de manera individual, sino en colectivo y a partir de una transformación de la propia sensibilidad. Los proyectos de cambio no deben ser para una comunidad, sino realizados por la misma comunidad con sus propios recursos y procesos de autogestión; para que una comunidad consiga modificar su realidad debe desarrollar ciertas capacidades que promuevan su participación, integración, organización y la puesta en marcha de objetivos comunes. Es desde esta perspectiva que la universidad se convierte en un medio potencial para la construcción de paz.

El área de Educación para la Paz del TUVCH seguirá la lógica del practicum educativo que hará partícipe a la comunidad universitaria en los procesos de construcción de paz, pues como decía Paulo Freire, cuando los oprimidos y excluidos, quienes habitan territorios de violencias, participan, “aprenden a tomar decisiones, a elegir, a valorar el mundo desde una perspectiva ética, política y crítica” (Freire, 2001), aprenden no sólo a tomar decisiones con conciencia, sino a llevarlas a la práctica. Esto se alinea a nuestro modelo educativo del Técnico Superior Universitario, que da prioridad al aprendizaje práctico sobre el teórico, privilegiando la experiencia del estudiantado en contextos reales, promoviendo su participación activa en el aprendizaje y teniendo como eje transversal el conocimiento, la tecnología y los valores humanos. Este practicum educativo nos permitirá formar a agentes sociales críticos que pongan la ciencia y la tecnología al servicio de las y los demás y al bien colectivo, que no busquen sólo el beneficio de unos cuantos.

Es aquí donde reside la importancia de un modelo de educación humanista que no sólo se centra en el propósito de desarrollar competencias para el trabajo, sino de

formar profesionistas cualificados que reflexionan y se dan cuenta de la realidad y con ello definen, como lo explica Xavier Zubiri (1982), su modo de actuar.

En este orden de ideas, reiteramos que dentro y fuera del aula, nuestra universidad será el medio en tanto brinde espacios para el desarrollo de capacidades que apunten a educar a las y los nuevos formadores de paz, desde un acompañamiento fundamentado en la pedagogía ignaciana que prioriza el análisis, la experiencia, la vivencia y el discernimiento. Esta formación estará dirigida a todos los actores sociales: la comunidad estudiantil, la población vecinal, las autoridades guberna mentales, la policía y otros organismos de la sociedad civil que juegan un papel preponderante en la construcción de paz.

b) La universidad como puente

Por otra parte, la universidad cumplirá la labor de ser puente entre diferentes actores sociales, rescatar la premisa de la diversidad comunitaria para, de manera sensible, fomentar el trabajo en red y dinámicas integradoras que permitan establecer un diálogo en el que las diferentes ideas y opiniones se expresen, se respeten, se incorporen, logrando así la consolidación de un poder social transformador.

El área de educación para la paz inicia su trabajo articulador con “El corredor de la esperanza”. Un proyecto planteado entre la Parroquia de San Ignacio de Loyola en Chalco (Parroquia), el Centro Comunitario Juan Diego (Juan Diego), el Centro de Investigación y Acción Social por la Paz (CIAS), el Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (PSC) y el Tecnológico Universitario del Valle de Chalco; cuyo objetivo es dar respuesta a la situación de violencia del territorio, a través de la activación de procesos de cuidado comunitario y de seguridad ciudadana para la generación de espacios libres de violencia.

El alcance del objetivo planteado requiere, además, involucrar a las comunidades vecinales para llevar prácticas de cuidado comunitario, de la participación de organizaciones civiles para reforzar los procesos organizativos que ya existen en la zona, y desde luego, de la articulación con el ayuntamiento y autoridades gubernamentales para una mejora en la vigilancia, en el alumbrado, en el reporte de incidentes, entre otros aspectos.

Si bien es cierto que el trabajo en red potencia la generación de un proyecto más integral, la diversidad de actores puede generar tensiones y conflictos que no siempre son fáciles de superar. Pero para lograr construir la paz es necesario poner bajo un mismo techo las diferentes capacidades, cosmovisiones, recursos y perspectivas. Por esta razón cobra relevancia el papel integrador de la universidad, pues potencia espacios de diálogo para la gestión del conflicto y para descubrir nuevas formas de convivencia colectiva.

Desde su función pedagógica, la universidad como gestora del conocimiento sirve para dinamizar las redes comunitarias y lograr un compartir de experiencias mutuas; sirve también para la recuperación de la memoria y aporta monitoreo, sistematización y evaluación mediante la generación de instrumentos de diagnóstico.

Bajo estos dos parámetros: la universidad como medio y como puente, el TUVCH no tomará un rol protagónico, sino el rol de facilitar, mediar, acompañar. La universidad no será quien dé soluciones, sino la que planteé las preguntas; no evitará el conflicto, dejará que éste surja para poder pensarlo, reflexionarlo y dialogarlo, integrando así en las propuestas de solución, diferentes posturas, modos de ser y pensar.

Primeros pasos para la construcción de paz

Es importante clarificar como punto de partida y como criterio de discernimiento lo que desde el TUVCH entenderemos por paz, pues esto nos permitirá actuar y evaluar la postura de los diferentes actores en el contexto de violencia, así como los vacíos en las políticas estatales y en los esfuerzos por construir un ambiente pacífico; también nos permitirá reconocer el alcance de las acciones que hasta la fecha se han llevado a cabo para alcanzar el mismo fin.

Como parte de nuestro discernimiento, reconocemos los elementos que constituyen la paz y que no es sólo una ausencia de violencia, sino un proceso consciente individual y colectivo, que procura formas de cooperación no violentas, igualitarias, no represivas. No obstante, somos conscientes de que la paz se construye desde lo cotidiano, y es por esta razón que el presente texto no pretende ser una propuesta completa; es tan sólo el inicio de lo que espera ser una construcción colectiva de paz. Es tan sólo el primer paso de un proceso para transformar el conflicto y la violencia en paz, y a los actores sociales en promotores.

Loli Hernández (2010) plantea que antes de ponernos a solucionar un problema primero debemos preguntarnos ¿Quién define cuál es el problema? En este caso esperamos que sea la comunidad universitaria quien determine el estado de paz al que desea llegar, sin asumir que cada integrante entiende lo mismo por paz, finalmente, la paz es un constructo social y cultural, por lo tanto, lo que se entiende en el norte y el sur del mundo, en el campo y en la ciudad, lo que entienden las infancias y las juventudes, no será necesariamente lo mismo.

Al tener un horizonte común, lo siguiente, conforme a la recomendación de Rosa Arias y Ricardo Delgado (en Amorocho, 2019), será construir una propia agenda educativa

para la paz: una agenda hecha con, para y por estudiantes, docentes, personal administrativo, padres y madres de familia. Habrá que construir esta agenda, habrá que revisarla y actualizarla y ponerla a dialogar con todos los actores, las comunidades eclesiales, las autoridades municipales, el sector empresarial y comercial de la zona. Habrá que generar una agenda que sea capaz de integrar dimensiones económicas, culturales, sociales, políticas y ambientales.

En este sentido, acompañaremos el diálogo y la construcción en tres grandes líneas de acción:

  1. Mediante las funciones sustanciales de la universidad (docencia, investigación y divulgación del conocimiento), integraremos de manera transversal y en el 579 Alternativas hacia la paz con reconciliación practicum educativo, la educación para la paz desde los ámbitos formativo y didáctico, dando cause a las pedagogías para la paz.
  2. La universidad como puente tendrá la misión de mediar, a través de la incidencia social y académica, el diálogo sobre los conflictos y las propuestas que surjan de ello.
  3. Asumimos el compromiso de promover condiciones pacíficas mediante el acompañamiento en la definición de acciones restaurativas, de reconciliación y reinserción que conduzcan a la construcción de paz.

Conclusión

Educación para la Paz en el TUVCH, más que un área, deberá ser pensada como un proceso universitario por dos razones:

  1. Porque la educación es un proceso. “Proceso en el que podemos transformar nuestras formas de sociabilidad, a partir de principios de justicia y respeto a los derechos humanos, a la diversidad cultural y a la participación de los sujetos, para tramitar sus conflictos de manera pacífica, asumiendo la corresponsabilidad por una vida digna y colaborativa con otros”. (Amorocho, 2019)
  2. Porque la paz es un proceso. Es un proceso creativo para la superación de tensiones y conflictos, procurando la reconciliación de individuos e instituciones; es un proceso que exige la deconstrucción de todas las formas de violencia. La paz es un proceso encaminado a la construcción de una estructura de armonía donde converge el diálogo, la interlocución e inclusión que soporta el desarrollo político, social, económico y educativo de una sociedad. La paz es un proceso de acuerdos que conlleva al respeto de la dignidad y no vulneración de los derechos humanos. (Iguarán, 2014)
  3. Educación para la Paz en el TUVCH, será un proceso para aprender y desaprender: desaprender la cultura de la violencia y la exclusión; desaprender para embarcarnos “en un nuevo tipo de praxis, que además de transformar la realidad nos transforme a nosotros mismos”. (Baró, 2006)

Sin duda, el primer actor que deberá dejarse atravesar por este proceso será la universidad misma, porque ¿quién será capaz de incidir en la transformación de la sociedad si no se transforma con ella?

Referencias

  • Amorocho, E. et al. (2019). Educar para la paz. Fundamentos para la implementación de la Cátedra de la Paz. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
  • Asociación de Universidades Confinadas a la Compañía de Jesús. (1995). Decreto 17 de la Congregación General 34, Los jesuitas y la vida universitaria, 404.
  • Baró, M. (2006). Hacia una psicología de la liberación. Revista Electrónica de Intervención Psicosocial y Psicología Comunitaria, 1, 7-14.
  • Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). (2023). https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/Pobreza_laboral_2do Trim2023.aspx
  • Data México. (2023) https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/geo/ valle-de-chalco-solidaridad#equidad.
  • Flores Osorio, J. M. (2014). Pedagogía, solidaridad y transformación social. Educar em Revista, 53. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=155031843005.
  • Freire, P. (2001). Pedagogía de la indignación. Madrid: Ediciones Morata.
  • Hernández, L. (2010). Antes de empezar con metodologías participativas. cimas Cuadernos.
  • H. Ayuntamiento del Valle de Chalco Solidaridad. (2022). Plan de Desarrollo Municipal de Valle de Chalco Solidaridad sobre la Educación 2022. https://copladem.edomex.gob.mx/sites/copladem.edomex.gob.mx/files/files/pdf/Planes%20 y%20programas/Mpales-2022-2024/Valle_de_Chalco_PDM_2022_2024.pdf.
  • Iguarán, N. E. et al. (2014). Rol del docente universitario frente a la paz y reconciliación en Colombia. Revista de la Universidad de La Salle, 65.
  • Jesuitas por la paz. (2015). Reconstrucción del Tejido Social: una apuesta por la paz, Centro de Investigación y Acción Social, México.

Notas al pie

  1. Directora General del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco. Licenciada en Ciencias de la Educación. Maestra en Educación, Universidad La Salle. Doctora en Educación, Universidad Iberoamericana Ciudad de México. ↩︎
  2. Directora del Medio Universitario del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco. Licenciada en Comunicación, Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Maestra en Psicología Comunitaria, Universidad de Chile. ↩︎
  3. La participación laboral en el Estado de México en el segundo trimestre de 2023 fue 58.4%, lo que implicó una disminución de 0.28 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior (58.7%) de acuerdo con datos del Coneval, 2023. ↩︎
  4. La Cátedra de Paz surge en el año 2014 con la Ley 1732 del Congreso de la República de Colombia. Es un espacio académico obligatorio para todas las instituciones educativas de ese país y tiene el propósito de “fomentar el proceso de apropiación de conocimientos y competencias relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica, con el propósito de reconstruir el tejido social, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución”. ↩︎

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