Hace unos días, algunos alumnos del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco visitaron el Museo de Memoria y Tolerancia en el centro histórico de la Ciudad de México. Gracias a una visita guiada pudieron reflexionar sobre la importancia de los derechos humanos y la enseñanza que esconden acontecimientos históricos como los genocidios de Armenia, Ruanda, Guatemala y la Segunda Guerra Mundial.
La visita comenzó en el quinceavo piso con la sala más grande e impactante, la sala del Holocausto donde, a través de audios, proyecciones y maquetas se exponían los hechos ocurridos. Este primer acercamiento de los estudiantes provocó emociones encontradas, desde incomodidad hasta miedo, escalofríos, shock y empatía.
Una de las imágenes que más impactó a los alumnos fue una maqueta que representaba una cámara de gas, donde principalmente se retrataban mujeres y niños. El corazón “se me hace piedra, no le voy a mentir” decía una alumna.
A los alumnos del TUVCH les sorprendieron los héroes que “llegaron, nacieron y murieron en las puertas del infierno y nunca dejaron de ayudar al prójimo”, comenta un alumno de la carrera de Hoteles y Restaurantes.
Ante la sala de Armenia, donde se explica por qué sucedió el genocidio 1915-1923 un alumno de la clase de Tecnología, Medio Ambiente y Derechos Humanos comentó “ninguna persona debe ser juzgada por sus ideologías ni pensamientos, ya que no hay una idea errónea, solo diferentes puntos de vista de los cuales deben aprender, aceptarlo y no criticarlo”.
Las siguientes dos salas, Ruanda y Guatemala no fueron diferentes a esta última. Por el lado de Ruanda, en 1994, el conflicto entre los Hutus y Tutsis fue provocado por cuestiones étnicas que se remontan al viejo sistema de castas de las colonias africanas. Por el lado de Guatemala, entre 1978 y 1983 ocurrió el conflicto entre el gobierno y grupos guerrilleros, dejando miles de muertos, desplazados y desaparecidos, principalmente pueblos indígenas.
Para aligerar las emociones, la última parada de la visita fue un área de reflexión donde se les presentó a los alumnos un caso teórico y fueron libres de expresar su opinión. También pasaron a una sala llena de mariposas que formaban un remolino tratando de salir de una escotilla donde entraba la luz.
En esta última actividad se tuvo un momento de silencio para reflexionar y sentirse en paz. La reflexión final de uno de los estudiantes fue “no repetir los actos que no funcionaron en el pasado, de tal manera que lo que hacemos hoy sea mejor que lo que hicimos ayer.”
Un alumno de la carrera de Sistemas Contables y Administrativos concluyó que “ser tolerantes no significa reprimirse y no enojarse; ser tolerante significa aceptar las diferencias de los demás y convivir sanamente”.
Esta actividad fue encabezada por la Mtra. Josefina Ochoa y se logró gracias a las gestiones del Área de Reflexión Universitaria del TUVCH.